miércoles, 22 de julio de 2009

¿Una excursión al Mundo feliz?

- De vez en cuando hay que estimular las glándulas suprarrenales de hombres y mujeres- contestó el interventor.Es una de las condiciones para mantener un estado de salud perfecto.Por ese motivo hemos impuesto la obligatoriedad de los tratamientos de SPV.
- ¿SPV? contestó el salvaje.
- "Sucedáneo de pasión violenta".Una vez al mes inundamos el organismo con adrenalina. Es un equivalente fisiológico completo del temor y de la ira. Con ella se producen en nuestros organismos todos los efectos tónicos que se derivan de actos como asesinar a Desdémona o ser asesinado por Otelo, sin ninguno de sus inconvenientes.
-Es que a mi me gustan los inconvenientes.
- A nosotros no-dijo el interventor. Preferimos hacer las cosas con comodidad.
- Pues yo no quiero comodidad. Yo quiero Dios, quiero poesía, peligro real,libertad, bondad, pecado.
-En suma-dijo Mustafá Mond- usted reclama el derecho a ser desgraciado.
-Muy bien de acuerdo-dijo el salvaje en tono de reto-. Reclamo el derecho a ser desgraciado.
-Sin hablar del derecho a envejecer, a volverse feo e impotente, a tener sífilis y cáncer, a pasar hambre, a ser piojoso, a vivir en el temor constante de lo que pueda ocurrir mañana, el derecho, en fin, a ser un hombre atormentado.
Siguió un largo silencio.-Reclamo todos esos derechos-concluyó el salvaje.
Mustafá Mond se encogió de hombros- Están a vuestra disposición.
Adaptación de Un mundo feliz ( Brave New World, Aldous Huxley 1932).

Es indiscutible el papel que desempeña la ciencia en nuestra sociedad en este principio de siglo. Los medios de comunicación se hacen eco casi inmediato de cualquier avance científico ( por discutible que sea) y los científicos tienen una capacidad de influencia y carisma desconocido hasta la fecha. Juan Carlos Izpìsùa es uno de los más brillantes investigadores españoles. Lleva años trabajando en el Salk Institute en Estados Unidos, y dirige el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB). Uno de sus últimos trabajos ha sido señalado por Science como el descubrimiento científico del año. Hace poco más de una semana Izpisùa fue entrevistado por el Magazine de El Mundo. En ella señalaba: "encontraremos el mecanismo para que la reprogramación de esas células madre en células específicas de nuestro organismo sea 100% perfecta, de forma que no puedan generar cáncer. En ese momento, el hombre podría someterse a un transplante continuo y extender su vida hasta límites que desconocemos”. Incluso la muerte podría ser una cuestión del pasado: “¿Tenemos un programa limitado, un reloj intrínseco que al cabo de 50 divisiones celulares se colapsa, o este programa es infinito y sólo se detiene por la degeneración de las células? Si existe el reloj, podremos vivir más tiempo, pero no infinitamente. Pero si no existe y el deterioro celular puede regenerarse, podremos evitar la muerte”.
Sería de necios negar las extraordinarios avances que la ciencia nos otorga cada día. Pero, ¿generan expectativas realistas respecto a los sistemas sanitarios este tipo de informaciones?.
Julian Savulescu y Nick Bostrom , dos reputados profesores de la Univeridad de Oxford, han publicado este año un interesante libro ( Human Enhancement) que pretende responder a una pregunta difícil: ¿en qué grado deberíamos utilizar las tecnologías para convertirnos en mejores seres humanos?. El libro está basado en las conclusiones obtenidas del trabajo de expertos cualificados en materia de ética y filosofía de la ciencia, a menudo con pensamientos contrapuestos. El problema no es menor: en los anuncios de periódicos de las universidad americanas de mayor prestigio se ofrece dinero ( y parece que no poco) por donar esperma u óvulos de jóvenes con deseables atributos atléticos o intelectuales. El profesor Bynum del University College of London critica el libro de Savulescu & Bostrom en el BMJ con el expresivo título de " The search for human perfection: we can, but should we?
El libro señala tres dilemas importantes en este sentido: el primero es la cuestión de la equidad ( ¿ las posibilidades de perfeccionamiento ilimitado estarán disponibles para todos? ¿Quien pagará el coste? ¿También tendrán acceso los pobres? ¿ También en los países en desarrollo?). El segundo problema es el del engaño, algo que ya ocurre en el deporte (¿estáran en igualdad de condiciones aquellos sometidos a "manipulación tecnológica"?. Por último señalan el más desasosegante: ¿ qué estatutus podrían tener los "superhumanos" producidos por manipulación genética? ¿ Se desarrollará una nueve especie de humano tan diferente de nosotros, como lo somos del chimpancé?. Parece que Huxley sigue estando de actaualidad. En cualquier caso es una buena recomendación para el verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario