sábado, 28 de noviembre de 2009

congresos ***


Esta semana la Guía Michelin ha hecho publico sus galardones para el 2010, otorgando sus famosas tres estrellas (***) a un magnífico restaurante gerundense, El Celler de Can Roca. De esta forma España ya cuenta con siete restaurantes con la máxima distinción, pero, según todos los expertos, los resultados no se correponden con el potencial culinario del país, máximo exponente de la vanguardia culinaria mundial en el momento actual. Se dirá que este tipo de restaurantes son caros, inaccesibles para la gente de la calle. Pienso lo contrario. Pagar 125 o 180 euros por cubierto ( lo que suele costar el menú degustación en cualquiera de ellos) no es demasiado, o al menos consideramos razonables pagar precios mucho más elevados para otro tipo de productos que consumimos sin tantos miramientos.

Por ejemplo, los congresos médicos. El reciente Congreso semFYC, clausurado ayer, costaba 520 euros si uno es socio ( 670 si no lo es). Es cierto que el precio se reducía unos 100 euros si la reserva se hacía con antelación al 31 de julio ( lo que no ocurre con los restaurantes), pero seguimos hablando de alrededor de 500 euros. En definitiva, el coste de oportunidad de un congreso de este tipo ( perfectamente extrapolable al de SEMERGEN, SEMI o cualquier otro) permite pagarte una cena para ti y tu pareja y además permitirte una botellita de Vega Sicilia o la Hermita del 96. Se dirá que la diferencia es que la cena la paga uno, mientras que el congreso te lo paga...otro. Pero el otro solo puede ser, o la empresa para la que trabajas ( algo dificil de justificar en tiempos de crisis) , o la inevitable industria farmaceútica ( algo aún peor). Por supuesto, algo aún más asombroso es saber como puede pagarse este tipo de lujos un simple residente de primer año.
Aunque no estuve inscrito, anduve por los alrededores del citado congreso de mi sociedad donde comprobé que hay cosas que han cambiado desde que yo era residente: por ejemplo, ahora es mucho más dificil colarse sin la famosa acreditación congresual en un taller sobre Plantas medicinales y fármacos, que un concierto de Springsteen ( he intentado las dos cosas). Pero otras cosas, que tal vez precisarían de un cambio siguen igual: poco más de 200 personas de una organización de cerca de 20.000 socios elige a la junta directiva, es muy dificil encontrar entre los compromisarios a alguien por debajo de 35 años, tendemos a ignorar las cuestiones incómodas.
Hace poco más de un año el BMJ publicó en su conocida sección Head to Head un jugoso debate sobre si el planeta puede permitirse el lujo de mantener congresos médicos que desplazan al cabo del año a una cantidad nada desdeñable de personas ( llegaban a calcular que los principales congresos mundiales de las especialidades médicas podrían generar en desplazamientos en avión 600.000 toneladas de emisiones de carbono). Posiblemente la situación económica de los próximos años, las enormes posibilidades de las web 2.0, y tal vez la reflexión obliguen a analizar con calma que estamos haciendo en relación con este tipo de actividades. Máxime cuando sigue habiendo actividades fantásticas que son gratis, como el X Aniversario de la revista Gestión Clínica y Sanitaria, que se celebra el lunes 30, y del que nos hacíamos eco en el último post
El tema no es nuevo, y tiene referencias imprescindibles. En 2006 el prestigioso cirujano Antoni Sitges-Serra publicó El perímetro del Congreso, un libro tan ilustrativo como divertido en torno al tema en cuestión, que fue elogiosamente referido por Miquel Porta y Andreu Segura. También sobre este tema hay excelente bibliografía

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