martes, 25 de enero de 2011

E health: ¿joyas o baratijas?

Cuando los holandeses llegaron a Manhattan las tribus indias allí ubicadas ( principalmente delawares, mohicanos y lenepes) discutieron respecto a si lo que había llegado era un gran pez o el propio Manitou, el Gran Espíritu, en forma humana. Como el terreno sobraba, les hicieron un hueco, conviviendo indios y holandeses durante años. Parece ser que fueron los Lenepes la tribu india que vendió Manhattan a los holandeses por un precio equivalente a 60 florines, en forma de collares, pulseras y alguna otra baratija. Ya entonces las estafas estaban al orden del día en Manhattan.
Pocas cosas hay más relucientes en los sistema sanitario actualmente que la aplicación de las llamadas nuevas tecnologías.
Mucho se ha invertido en la materia: se calcula que en Inglaterra al menos trece billones de libras se han gastado en el National programme for Information Technology. La administración Obama ha comprometido al menos 38 billones de dólares americanos para e Health. Aquí no ha habido comunidad autónoma que no haya realizado una considerable inversión en ello ( historia o receta electrónica, telemedicina, sistemas de apoyo a la toma de decisiones), pero como España siempre es diferente, se desconoce la cuantía real de dicha inversión.
Pero, ¿Qué efectividad realmente tiene su aplicación? ¿ es costo-efectivo realizar este tipo de inversiones?
Diez investigadores británicos , procedentes del Imperial College de Londres, La Universidad de Edimburgo, y la Universidad de Manchester, acaban de publicar una relevante revisión sobre el impacto del e Health en la Calidad y Seguridad de la atención sanitaria en PloS ( The impact of e Health on the Quality and Safety of Health Care: a systematic overview). De un total de 46349 títulos identificados inicialmente acaban seleccionando 108 revisiones sistemáticas publicadas entre 1997 y 2010.
Clasifican las tecnologías de e Health en tres categorías: las historias clínicas electrónicas, los sistemas de apoyo a la toma de decisiones ( incluida la receta electrónica) y los procedimientos de facilitación de la atención a distancia.
Sus conclusiones son contundentes .
Primero, no existe una taxonomía consensuada que permita clasificar las tecnologías e Health.
Segundo, es sorprendente el escaso número de evaluaciones existentes, pese al coste que e health supone. Los autores no descartan la existencia de un significativo conflicto de intereses , y que podría justificar la falta de publicación de estudios negativos.
Tercero, la evidencia existente respecto a estas tecnologías es débil e inconsistente, especialmente en lo referente a los supuestos beneficios para los pacientes.
Cuarto, las escasas evaluaciones existentes se centran en los beneficios y no en los costes y riesgos que conllevan, y que no deberían minusvalorarse.
Quinto, no existen estudios que permitan asegurar su coste efectividad
Por ello recomiendan evaluar rigurosamente los procesos de implantación de tecnologías, y especialmente el contexto en que se produce, (tanto en lo referente al factor humano como a los aspectos organizacionales).
En los últimos años se ha puesto el punto de mira ( y con sobrada justificación) en la eficacia y seguridad de los productos farmacéuticos. Pero como comentan los autores, las nuevas tecnologías no están exentas de poder producir daños, no mejorar los resultados clínicos, y consumir un importante porcentaje de los prespuestoes sanitarios.
En un magnífico trabajo de RAND Europe , también publicado este mes, se propone un marco de referencia para la evaluación y la mejora de la planificación de servicios sanitarios. Identifica tres criterios fundamentales para evaluar la planificación sanitaria: visión, gobernanza e inteligencia.
La gobernanza pasa por una adecuado sistema de rendición de cuentas. La inteligencia por la existencia de información de alta calidad y procedimientos de monitorización y evaluación continua de los procedimientos introducidos.
De todo eso carecemos. Hasta que los tengamos, cabe plantearse la duda de si el brillo del e Health de nuestros sistemas no será otra cosa que el brillo de las baratijas, con el que engatusar a los nativos.

8 comentarios:

  1. Tú sí que eres brillante, Sergio!! Oro puro!
    Gracias por la entrada!

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  2. Encuentro tu articulo un tanto contradictorio. La falta de sistemas de informacion robustos que mencionas al final es precisamente el origen de iniciativas como el NPfIT. No hay gobernanza si no hay datos accesibles. Todavia en alguna rara trabajo en centros de salud con historias clinicas no informatizadas; es como volver a la prehistoria, con anotaciones ilegibles escritas por profesionales no identificables, trozos de fragmentados, colecciones de cientos de paginas archivadas sin resumir... Es cierto que el coste del programa se ha les ha disparado, pero en Espana los gobiernos emplean los recursos publicos en construir lineas de alta velocidad o autopistas de circunvalacion. Cuantas tiene ahora Madrid? Los autores, por otra parte, reconocen los problemas metodologicos de la investigacion emprendida. De hecho, el articulo del Imperial College es mas una llamada de atencion para la realizacion de mas estudios primarios. Es raro encontrar una publicacion cientifica que haga tantas referencias a los posisbles sesgos que pueden afectar a sus conclusiones. Los EHR son precisamente el instrumento que permitira realizar la investigacion y monitorizacion de la que tanta necesidad tenemos.
    Un saludo

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  3. Los ingenieros que conozco que trabajan en hospitales, su máxima preocupación es el "derroche" tecnológico que se está haciendo. Cuando instalas un Tac (por ejemplo) ya es "viejo", vamos como los moviles, solo que cuestan mucisimo más, eso no es lógico ni coherente.
    También hay que tener en cuenta la dificultad en aprender a manejar las nuevas tecnologias, cuando ya la sabes manejar, te quieren poner un aparato nuevo .... pero ¿estamos locos? ....
    La compatibilidad de unas tecnologias con otras es, a veces, incluso dentro de la misma marca, insuficiente, por no decir inexistente .... en fin, tedríais que venir a alguna de las reuniones que hacemos ....

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  4. Muchas gracias Enrique.El mérito es solo de los que han publicado el trabajo que es de los que hacen pensar y cuestionar osas que se están haciendo sin pensar en su coste

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  5. Muchas gracias Jose por el comentario.
    No fui suficientemente claro si lo que yo he transmitido es que todas las nuevas tecnologías aplicadas a la salud son superfluas.
    Por supuesto se necesitan sistemas de información robustos que nos permitan investigar y explotar lo que hacemos. En este blog comentábamos hace unos meses un interesante trabajo de Bellón en Atención primaria sobre las enormes potencialidades que abren las bases de datos existentes.
    Pero cuidado. Tudor Hart o John Howie realizaron investigación de alta calidad sin historias electrónicas.En este blog también comentamos en su día trabajos de investigaodres relavantes a uno y otro lado del Atlántico que alertan de que no es oro todo lo que reluce ( ás bien el brillo de la baratija) en el proceso de informatización en sus respectivos sistemas. ( http://gerentedemediado.blogspot.com/2010/12/cinco-articulos-de-noviembre.html)(http://gerentedemediado.blogspot.com/2009/04/historias-electronicas.html).
    La diferencia es que aqui nuestros sitema " nosabe no contesta" sobre el tema.
    El gasto en tecnologias de nuestro sistema es suficientemente grande como para tener derecho a conocer algo sobre su efectividad y eficiencia.
    Muy interesante el ejemplo del AVE. Nadie duda de sus ventajas. Yo deseo que por fin llegue algun dia a mi ciudad. Pero, ¿es lógico que siendo tan caro seamos el país con más km de AVE no estando entre las 7 mayores economias del mundo? ¿Los que son más ricos de nosotros son tontos? En este sentido recomiendo visitar Nada es gratis, donde argumentan mucho mejor de lo que puedo hacer yo, este paradigmático caso
    Un saludo

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  6. Muchas gracias Juana.
    Lo que comentas es otro ejemplo significativo que genera un incremento considerable de los costes del sistema añó tras año. El procedimiento de introducción de nuevas tecnologías que casi nunca reemplazaan a las anteriores pese a ser esa una de las justificaciones más habituales para defender su uso.
    Antes de hablar de copagos creo que el asunto de la incorporación entusiasta de tecnologías sin evaluar su efectividad debería tener mayor papel del que tiene.
    saludos

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  7. Es una brillante exposición, que incide en el tema del coste y de la falta de criterio para valorar la utilidad de la HCE. Médicamente, creo que es obvio que hay una mejora de calidad asistencial (aunque no se sepa como cuantificarla), solo por el hecho de evitar redundancias y perdidas de tiempo. Hace un rato me han comentado un caso (si, lo sé, es el "a propósito de un caso", pero la vida real está llena de ellos) en el que un lego en medicina atribuía el exitus de un conocido a empezar el proceso diagnóstico de una dolencia desde cero al menos en cuatro ocasiones, en entornos hospitalarios diferentes dentro de la misma autonomía. Al no compartir la información, el resultado fue el comentado, por las esperas en poder implementar la terapia. Ahora bien, y si se me permite el símil, no es necesario que los taxis sean Ferraris, mientras cumplan su función de llevar clientes de un lado a otro. En este país se ha comprado sobre todo la electrónica y el software siempre por prestigio, lo más caro que "haiga", y que sea "estranjero". Lo importante es dar con la fórmula que permita la universalidad de la información a compartir (entre centros y sistemas públicos, pero también entre centros y médicos privados y públicos), y que sea el propio paciente el custodio del acceso a la misma, en beneficio de su salud. Y si es Open Source, quizá sea más barato (o quizá no, es otro tema a valorar, del que tampoco hay estudios). En resumen, muy buen tema y mucho mejor post.

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  8. Muchas gracias Dr F
    Por desgracia es cierto que nuestro sistema situaciones como las que comentas ( a propósito de un caso) son muchos más habituales de lo que habitualmente traciende. No hay más que ser usuario del sistema ( y si va de una autonomía a otra) para comprobarlo.
    A priori sin duda la HCE debería evitar duplicidades, aumentar la accesibilidad de la información, facilitar el intercambio de información clínica entre profesionales.
    Pero para confirmarlo necesitamos investigación de buena calidad sobre ello.
    Otro elemento importantisimo para el debate es el que planetas sobre la custodia de la información. Si acad uno tenemos una tarjeta VISA, ¿por que exploarar el uso de dispositivos en poder del paciente?
    Muchas gracias una vez más

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