jueves, 19 de enero de 2012

Historias clínicas electrónicas: ¿ a cuanto asciende la factura?

En estos tiempos de recortes y lamentos por la leche derramada, ¿alguien sabe cuanto se ha gastado el Sistema Nacional de Salud en historias clínicas electrónica? ¿Cuánto se sigue gastando? ¿Qué resultados, en mejora de la práctica clínica y en la salud de los pacientes, se han obtenido? ¿En qué medida ha contribuido a mejorar la comunicación entre atención primaria y los hospitales?.
Se que es difícil, pero otros sí lo saben. El Reino Unido se gastó 20.000 millones de libras entre 2003 y 2010 en el National Program for Information Technology (NPfIT). En Estados Unidos el Health Information Technology for Economic and Clinical health (HITECH) asignó 27.000 millones de dólares entre 2011 y 2015 para la adopción y uso de historias clínicas electrónicas. En Australia se invirtieron 473 millones de dólares solo para el periodo 2010/2011( PCEHR) y en  el Canadá’s Health Infoway 2.160 millones de dólares. Se llama rendir cuentas, algo que en España apenas se practica.
El éxito obtenido es sin embargo  muy limitado, incluso en estos países.  El Department of Health británico encargó y financió un informe respecto al proceso de implantación de los principales programas del citado NPfIT, que fue realizado por el equipo de nuestra admirada Trisha Greenhalgh a lo largo de tres años. La mayor parte de las recomendaciones de los evaluadores y expertos independientes, sin embargo no se aplicaron (en esto si somos parecidos). Por ejemplo la aspiración de “desmantelar programas como el citado NPfIT  dirigido por el gobierno, y sustituirlo por programas locales, de menor ambición centralizadora, que podrían ganar en agilidad  lo que perderían en interoperabilidad, dando mucho mayor énfasis al estrechamiento de la comunicación entre atención primaria y los hospitales en lugar de aspirar a construir una integración de los datos a nivel de todo el estado”.  De todo ello habla el grupo de Greenhalgh en el último número del Milbank Quarterly, en el que cuestiona la idea de los grandes decisores políticos (tan ingenua como atrevida), de considerar que las cosas irán mejor la próxima vez, tras cada fracaso obtenido.
Greenhalgh ( médico general y profesora  de la Universidad Queen Mary de Londres) lleva tiempo trabajando sobre la aparentemente indiscutible “ panacea” que representan las historias clínicas electrónicas. En otro trabajo previo en la misma revista llegó a decir: “los resultados sugieren que la historia clínica electrónica siempre requerirá de la aportación humana para recontextualizar el conocimiento. Aunque la explotación secundaria de datos ( facturación, investigación, audit) puede hacerse más eficientemente , el trabajo clínico puede hacerse de forma mucho menos eficiente con ciertos tipos de historia clínica electrónica; el papel puede seguir ofreciendo un grado único de flexibilidad ecológica”.
Y en una de los trabajos ( publicado en el BMJ) sobre las evaluaciones realizadas en Inglaterra del proceso de implantación de la historia clínica electrónica ( Health Space) señalaba: “ a menos que las historias clínicas electrónicas se alineen estrechamente con las actitudes de los profesionales , el contexto específico de cada consulta, e identifiquen las necesidades de información y los diferentes aspectos de la atención ( incluyendo las rutinas organizativas y los sistemas de incentivos para los clínicos), el riesgo de que dichos sistemas sea abandonados o no adoptados en absoluto son sustanciales”.
En este último trabajo del Milbank Quarterly, el equipo de Greenhalgh concluye: “ la complejidad de la atención sanitaria contemporánea , combinada con los  múltiples stakeholders existentes en las grandes iniciativas implantadas en materia tecnológica , sugiere que los programas nacionales de e Health requieren muchas mayor reflexión acerca de lo que ha ocurrido. Necesitamos menos grandes planes y más comunidades de aprendizaje”.
Una vez España es diferente. Nuestro país es, en esta materia, una balsa de aceite. 17 sistemas diferentes de historia clínica implantados, en los que aparentemente no hay problemas. Y en los que , por lo que se ve, no se precisa reflexión alguna.
El último trabajo de Trisha Greenhalgh alberga otro tesoro: el redescubrimiento del la filosofía en investigación de servicios. Pero de eso hablaremos mañana.

Imagen: Trisha Greenhalgh. Fuente: BMJ

8 comentarios:

  1. Yo no sé cuánto ha podido costar, seguro que muchísimo, y a mi juicio lo peor de todo es que cada hospital (ya no cada Comunidad Autónoma) tiene su propia HCE, de manera que la integración entre niveles y áreas de salud se ha complicado muchísimo (aumentando el gasto, por supuesto, para de momento conseguir sólo una mínima integración en el caso de Baleares). Lo que sí sé es que la HCE me ayuda en mi trabajo diario, aún con sus defectos.

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  2. Hola Sergio:
    No creo que añore volver al papel, me costaría mucho. Dos cosas mas.

    Mi principal problema siempre ha sido la percepción de que el diseño, mantenimiento y explotación de datos de la historia digital se ha orientado a la gestión de servicios. En mucha menor medida se ha considerado un instrumento de ayuda al clínico.

    Creo que hay una erronea concepción de la centralización de datos, al considerar que disponer de información de "millones" de pacientes genera conocimiento. Las decisiones clínicas son individuales y locales, el conocimiento podría obtenerse mejor de una explotación diferenciada de un tipo de datos a nivel comunitario / local y otro tipo a nivel "macro". La realidad ahora es que podemos obtener poco conocimiento rentable.

    miguel melguizo jiménez

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  3. Muchas gracias a los dos
    Nada más lejos de mi intención el considerar que cualquier tiempo ( o instrumento) pasado sea mejor. Sin duda alguna las nuevas tecnologías aplicadas a los sistemas santarios y a la práctica clínica pueden significar un significativo avance en calidad y eficiencia.
    Pero cuando tanto se está hablando de excesos y despilfarros creo que los responsables políticos de este país en algún momento deberían rendir cuentas de cuanto ha costado este tipo de instrumentos y que resultados se han obtenidos con esa inversión.
    Y no creo que sea algo descabellado, porque en otros sistemas sanitarios si se sabe y si se demanda.
    No dejo de preguntarme por qué en países mucho más ricos que el nuestro ( Reino Unido y Estados Unidos por ejemplo) cuesta tanto tiempo conseguir implantar la historia electrónica y en cambio en España ha sido tan fácil ( de la misma forma que me sorprende ser ciudadano de un país con el mayor número de kms de alta velocidad de Europa sin ser ni mucho menos la mayor potencia económica del continente)
    De la misma forma que me llama mucho la atención los habituales análisis críticos que periodicamente se publican en otros países de las intervenciones sanitarias realizadas en ellos (países que son punta de lanza en reformas sanitarias), en contraposición al extraño silencio de los corderos que existe aqui
    Muchas gracias de nuevo. Un saludo

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  4. En el caso de Andalucía, se ha hecho un análisis detallado de costes de la Historia Digital, así como de los beneficios para los pacientes, los profesionales y el Sistema Sanitario. Este estudio ha sido realizado por dos consultoras internacionales ajenas al SSPA (Empírica y Tanjent) para un informe de la DGINFSO. Si se teclea en Google "EHR y Andalucía", la primera entrada que aparece es justamente este informe que está en versión completa y accesible. No obstante, aquí te dejo el enlace http://www.ehr-impact.eu/downloads/documents/EHRI_case_DIRAYA__final.pdf. Las generalizaciones suelen ser injustas pero lo que es seguro es que carecen de rigor. En determinados contextos, me parece inaceptable que ni siquiera se haya buscado la información disponible antes de emitir un juicio de valor.

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  5. Muchas gracias por el comentario, así como por el enlace al informe citado, que permite a los lectores poder acceder a su contenido , sumamente interesante.
    A través de él ( y a diferencia de otras comunidades autónomas) es posible conocer la cuantía de la inversión en la historia clínica electrónica de Andalucia ( DIRAYA) entre 2000 y 2008 ( casi 279 millones de euros), así como una estimación de los beneficios resultantes de su implantación ( cerca de 773 millones), estimación que es resultado ( en más de un 80%) de las ganancias en eficiencia por la implantación del sistema, especialmente las relacionadas con la disminución de visitas al médico para renovación de recetas, prescripción de genéricos, o reducción de citas al especialista a las que no asisten los pacientes.
    Otras comunidades autónomas podrían seguir el ejemplo de Andalucía y dar a conocer sus estimaciones respecto al coste de las historias clínicas electrónicas.
    Es cierto que las generalizaciones suelen ser injustas. El post, sin embargo, no pretendía evaluar o analizar ninguna historia clínica en concreto y mucho menos DIRAYA, aspecto para el que en modo alguno el autor se considera competente.
    El comentario del blog tenía tres objetivos:
    1.- Dar a conocer, como es habitual en este blog,artículos científicos que puedan ser de utilidad e interés para el lector, en especial de una de las autoras más reconocidas en el ámbito del análisis de innovaciones.
    2.- Comparar el conocimiento existente sobre inversiones de diferentes estados en materia de HCE.
    3.- Describir una nueva metodología de investigación, bastante novedosa en el campo de investigaión de servicios.
    El ámbito de análisis del comentario en ningún caso pretendía ser el de comunidad autónoma, sino el conjunto del Sistema Nacional de Salud español, puesto que los sistemas estudiados en el trabajo de Greenhalgh eran estados , no regiones. En este sentido, y aunque el informe aportado es interesante, seguimos son conocer el volumen global de la inversión española en Historias clínicas electrónicas ( algo que evidentemente no es responsabilidad de la comunidad autónoma andaluza). Y por desgracia los problemas de compatibilidad entre comunidades autónomas distan mucho de estar resueltos.
    Andalucía ha desarrollado en los últimos años experiencias sumamente interesantes ( utilización de ACGs en atención primaria, implantación de procesos, procesos de acreditación...) que tanto por el volumen de la población en la que se aplicaron ( más de 8 millones de habitantes), como por la importancia de las mismas deberían tener la correspondiente referencia en la literatura científica internacional.Sin embargo, por desgracia se sigue sin publicar todo este conocimiento generado, en revistas revisadas por pares , que son en definitiva las que determinan por su rigor e impacto , la influencia de una determinada innovación. En mi modesta opinión si experiencias como la de Kaiser Permamente han tenido tal nivel de influencia, en buena medida es debido a la publicación de determinados trabajos de comparación entre ella y el NHS en el BMJ.
    Un saludo y gracias de nuevo

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  6. Lorena T. Hace ya un año de este blog y es aun totalmente vigente. La HSU en Andalucía dista mucho de ser un ejemplo para nada ni nadie. El informe de referencia es un informe de 2008 publicado en 2009, lo que en el se dice no solo es incierto ahora sino que lo era entonces, un ejemplo DIRAYA no tenia mecanismos de interoperación entonces y no los tiene en 2013. La pretendida oficina de integración e interoperación no ha sido más que un despropósito mas. Por otro lado el pretendido ahorro conseguido, por cada euro invertido tres ganados, es irreal, el euro gastado es real, los tres ganados son dinero de pale, artificio financiero al que estamos tan acostumbrados. Por último invocar la bondad de un informe en base a tal o cualquier agencia independiente vale de bien poco, para muestra un botón, no hace ni dos años fueron auditados y sometidos a pruebas de estrés los bancos españoles...los mas sólidos del mundo; la realidad bien otra. Y por supuesto de la fecha del informe hay otras opiniones contradictorias http://blogdelaseis.blogspot.com.es/2008/09/andaluca-critican-fallos-del-programa.html, así mismo en esas fechas una consultora de Sevilla (http://es.scribd.com/doc/108768510/Orden-de-10-de-agosto-de-2007)realizo un trabajo de campo para la Consejería de Salud que arroja unas conclusiones bastante diferentes, iría a parar a un cajón. Una búsqueda en google de la palabra "DIRAYA", arroja bastante luz sobre la realidad de este "sistema".

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  7. Muchas gracias por tu comentario Lorena, asi como por las referencias que aportas. Un saludo

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  8. Hola. Bicheando por la red encontré este blog y este hilo, dos años más tarde, pero creo que el tema sigue vigente. Es curioso porque siendo yo bastante adicto a las nuevas tecnologías, a veces me asalta la duda sobre los resultados. El viraje ha sido tremendo, del papel a los bits. Después de años, veo que hemos cambiado unos riesgos por otros, pero el paciente, que es de lo que se trata, ha ganado. Hemos cambiado el riesgo de escribir a mano, con todo lo que ello conlleva, por el de hacerlo con un teclado, depender de un ancho de banda, y la posibilidad de hacerlo de forma masiva, con los otros riesgos que esto conlleva. Si ponemos por delante la premisa que se intente siempre conseguir ganancias en salud, vamos bien. Pero es verdad, que llega un momento que no por mucha más digitalización vamos a conseguir una mejora clara, y que lo más simple suele ser lo que mejor funciona. En mi trabajo y área concreta, la Anatomía Patológica, desde luego que la informatización ha supuesto muchísimo, pero si detrás no hubiese profesionales adecuados, la ganancia sería mínima, y de hecho todo puede salir mal. Y como reflexión final, está lo que pienso que todos hemos aprendido, que primero hay que intentar saber lo que nos va a costar cualquier innovación y su impacto previsible, para lo bueno y lo malo. Un saludo. M Medina.

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