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martes, 8 de enero de 2013

Secretos y mentiras ( 1ª parte)


Uno de los principales problemas de los sistemas sanitarios es la escasez de información fiable que permita conocer, comparar y valorar su desempeño. Y aunque se sigue hablando por parte de todo el mundo de la imperiosa necesidad de “rendir cuentas” ,a la hora de la verdad seguimos estando muy lejos de ello. No hay más que buscar la información disponible fiable ( que no propagandística ) sobre las experiencias de producción privada de servicios sanitarios en España para comprobarlo.
De forma que al interesado en conocer el desempeño sanitario le quedan pocos recursos  a los que dirigirse para poder opinar con el mínimo fundamento. Existen páginas de instituciones reconocidas por cualquiera que investigue sobre servicios sanitarios. Como por  ejemplo el Kings Fund británico, The   Commomwealth Fund, el European Observatory on Health Systems and Policy de la OMS, o la propia OCDE. Ninguno de ellos está completamente libre de sesgos (lo que es imposible) pero mantienen un evidente rigor en sus procesos de análisis.
Frente a ellos están las páginas de agitación y propaganda, destinadas a dar publicidad a determinadas iniciativas, sin fundamento científico alguno pero envueltos en el papel adecuado para dar el pego. Un buen ejemplo de ello  lo daba hace unos días la periodista Mónica Mullor, quien para deslegitimar las protestas sanitarias de Madrid, se basaba en los datos aportados por el “Eurohealth Consumer Index” (EHCI) de 2012, según el cual nuestro sistema sanitario ocupa un discreto puesto 24 de 34 posibles, siendo el 33 de 35 en accesibilidad a la atención especializada
¡Qué decepción¡, acostumbrados como estábamos a presumir de nuestro sistema sanitario. Un sistema ssanitario que sigue siendo el servicio mejor valorado por los ciudadanos, y del que se está satisfecho más del 73% de los mismos. Un sistema que presenta algunos de los mejores indicadores de salud del mundo.Se me dirá ( y con razón) que en éstos no influye solamente el sistema sanitario. Pero sí se analiza la mortalidad evitable por el sistema sanitario (como hiceron dos de los más prestigiosos investigadores sobre servicios sanitarios del mundo en Health Affairs , Ellen Nolte y Martin Mckee), solamente Japón y Francia superaban al sistema sanitario español en desempeño.Y todo ello gastando solamente un 6.9 % del PIB en gasto sanitario público
Entonces ¿cómo pueden estar los datos tan alejados de los del EuroHealth Consumer Index”?
El secreto está en que el EHCI es un producto desarrollado por Health Consumer Powerhouse (HCP), una compañía privada , y patrocinado por Pfizer, Novartis, EFPIA ( European Federation of Pharmaceutical Industries and Associations ) y Medicover SA. El objetivo de los citados informes es el de “convertirse en el estándar de la industria de los modernos sistemas sanitarios”.En la introducción al último informe el presidente de HCP no tiene reparo alguno en manifestar que aspiran a minar lo que llaman la actitud del “Gran Hermano”  poniendo a disposición de los consumidores la información de las compañías farmacéuticas que facilten la toma de decisiones sobre  salud.
Si la metodología de un estudio científico debería permitir la replicación del estudio por cualquier otro investigador,  de la calidad metodológica de éste es buen botón de muestra la descrpción del método empleado para calcular uno de sus más pomposos  indicadores ( el llamado Bang for the Buck adjusted score): “ no es obvio como hacer tal ajuste”.
Si la fabilidad del estudio deja que desear (los mismos autores reconocen que los resultados  presentan deficiencias de calidad de la información, e incluso reconocen haberse inspirado en el sistema de votación de …¡Eurovisión¡), la existencia de conflictos de interés obvios no parece representar un problema ni para HCP ni para Mónica Mullor . La salud es un negocio más. Y en ese negocio España pertenece al grupo de lo que  HCP llama “under-perfomance” , en contraposición a los países de gran influencia del consumidor. En su propias palabras “ analizaremos en próximo informes si el impacto de la austeridad fiscal ampliará  la brecha entre unos y otros o  si el crecimiento del turismo médico transfronterizo podrá arreglarlo”. Como señalan ellos mismos “ el consumidor de salud del mañana no aceptará las fronteras tradicionales” ( uno de sus indicadores evalua la capacidad de un paciente de ser tratado en otro país de la Unión Europea)
En definitiva, de lo que se trata es de convertir a  Europa en un gigantesco mercado de servicios sanitarios. Lógicamente para aquellos que tengan dinero suficiente para jugar en ese casino. Por supuesto, el resto ( las personas sin empleo, con empleos precarios, los pensionistas de pensiones reducidas , los emigrantes legales o ilegales) a la Sra Mullor y a la HCP les traen sin cuidado.
(Viñeta de El Roto en El Pais del 30 de noviembre)

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