miércoles, 25 de septiembre de 2013

Gorilas en la niebla

En 1999 Simon y Chabris diseñaron un curioso experimento: en una sala un grupo de personas juega a pasarse la pelota lo más rápidamente posible; entre ellas se pasea un tipo disfrazado de gorila; pero incluso pasando por el centro de la escena, una parte sustancial de los participantes en el estudio no fueron capaces de reparar en él mientras cuentan cuantos pases se producen. Este experimento se considera una clara demostración del fenómeno de la ceguera por falta de atención ( inattentional blindness , IB), descrito por Neissen & Becklen en 1975. Cuando uno está inmerso en una tarea muy demandante , la propia atención en la misma es capaz de volvernos ciegos a otro tipo de estímulos.
Drew, Vo y Wolfe, de la universidad de Harvard, se preguntaban hace poco si la ceguera por falta de atención también ocurre en personas expertas mientras trabajan en su campo de conocimiento. Los estudios al respecto eran contradictorios: mientras el fenómeno de la IB se reducía sustancialmente entre jugadores de baloncesto que debían contar los pases en un juego diseñado artificialmente, Potchen encontró que el 60% de una muestra de radiólogos era incapaz de descubrir la desaparición de una clavícula en una placa de tórax.
El grupo de Harvard diseñó un experimento algo más complejo: en vez de revisar una imagen solamente ( como en una radiografía de tórax) la tarea consistía en estudiar los múltiples cortes que incluye un TAC torácico en el proceso normal de exploración de una prueba de este tipo, en la que el radiólogo puede volver una y otra vez atrás ante una imagen sospechosa. A diferencia de Pochen,  Drew y compañía no quitan nada sino que añaden una pequeña imagen en el TAC. Y en honor a aquel estudio de Simon y Chabris lo que incorporan es la imagen de un gorila.
24 radiólogos revisaron 5 tomografías de tórax que contenían una media de 10 nódulos, siendo instruidos para clicar con el ratón sobre ellos cada vez que identificaran uno. Solamente la última de las tomografías llevaba el regalo del roscón del pequeño gorila incrustado en la imagen. Bueno, realmente no era tan pequeño puesto que representaba aproximadamente el tamaño de una caja de cerillas, 48 veces el tamaño de un nódulo.
No contentos con examinar a los radiólogos, exploraron también la capacidad de detección de gorilas de un grupo de observadores sin experiencia alguna en el campo, pero a los que se les había explicado con un cierto detalle en que consistía el trabajo de los radiólogos a la hora de “cazar” nódulos.
La tasa de detección de nódulos de los radiólogos expertos fue del 55%. Algo detectan, no cabe duda. Y mientras andaban buscando nódulos pasaron por los cortes que incluían gorilas una media de 4.3 veces. Al acabar la prueba los investigadores preguntaban con cierta delicadeza si habían visto algo raro en la última muestra; como apenas nadie había reparado en algo extraño, preguntaban entonces si habían visto un gorila. Para su sorpresa, 20 de 24 radiólogos no fueron capaces de identificar al primate. Y de ellos 12 estuvieron mirando directamente la zona en que se localizaba el gorila mientras realizaban la prueba.
Si los radiólogos ven poco, los legos directamente son ciegos: ninguno fue capaz de ver a la fiera. Y su tasa de identificación de nódulo fue solo del 12% frente al 50% de los radiólogos. La interpretación que hacen los autores de esto último, es la de que los radiólogos son capaces de ver algo más de lo que están buscando específicamente. Pero a la vez caen en la trampa de lo que el grupo de Boston llama “la satisfacción de la búsqueda” en la que la detección de un estímulo interfiere con la detección de otros que aparecen posteriormente.
Una vez más  se demuestra que mirar y ver no son sinónimos. Y de que , a pesar de sus limitaciones para detectar gorilas, sigue siendo mejor tener radiólogos que no tenerlos a la hora de buscar cosas

3 comentarios:

  1. Esto asusta. La "satisfacción de la busca" que señalas refleja algo más amplio, la pérdida de una perspectiva generalista frente a la especializada. Incluso en este caso, una visión generalista por parte del radiólogo consideraría destacable cualquier hallazgo extraño, en tanto que la búsqueda selectiva de nódulos sería la propia de la especialista.
    Como bien dices, no es igual ver que mirar. Aun siendo especialista, la perspectiva de la mirada puede ser general o restringida. Esta última "optimiza" tiempos de examen pero puede ignorar cosas serias. Todos conocemos ejemplos de fallos de este tipo.
    Si los falsos positivos son un problema, los falsos negativos parecen serlo aun peor. Si alguien que busca nódulos, no ve un gorila al lado, algo no funciona bien. Estamos perdiendo el norte.
    En cualquier caso, el experimento tiene gracia. ¿Tiene nódulos afectados? No. Pero le he visto un gorila dentro.

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  2. Curioso experimento . No me preocupa que los radiólogos no vieran el 45% de los nódulos pulmonares (imagino que pequeños nódulos milimétricos que se camuflan entre los vasos y que afortunadamente escapan a nuestra vista) lo que de verdad preocupa es no haber visto los gorilas . Tal vez este fenómeno, además de con la satisfacción por lo ya encontrado , sea también una ceguera de lo inesperado , de lo que no está en su sitio. Habrá que fijarse más y sobre todo ampliar el campo de nuestras pesquisas . Saludos cordiales

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  3. Es muy interesante la perspectiva de Javier respecto a la mirada "especiliazada o generalista " del propio especialista.una magnifica demostracion de que la vision general, panoramica es imprescindible en cualquir actividad, ahora que lo que se prima es justo lo contrario. Tambien es especialmente importante el matiz que comenta Radiologia Macarena. Cuando vamos buscando agujas solo encontramos agujas. La busqueda selectiva de un objeto nos hace ciegos para todo lo demas.
    Muchas gracias por vuestros magnificos comentario

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